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A los más asíduos a conciertos de black metal en Madrid seguro que les suena la sala Lullaby - la planta de abajo de un bar cerca del metro Usera que tiene espacio para un escenario donde colocarse una banda, algo de público delante y una barra en la parte de arriba. No es de los sitios más aptos para música en directo, pero aún careciendo de PA, la acústica no está nada mal, y dada la escasez de salas adecuadas para bandas underground en Madrid, no es la peor opción.
En esta ocasión venían a visitarnos dos grupos de black metal de México nada menos, acompañados de Frozen Dawn, uno de los grupos con más tirón de la escena black actual en la península. Desgraciadamente solo unos pocos fans del black se habían congreado en al sala Lullaby, aunque tampoco es que hubieran cabido grandes masas, por supuesto.
Comenzaron los Mexicanos Forest of Doom, un trío infernal que comparte miembros con los cabeza de cartel, Ereshkigal. Dieron un concierto bastante corto de black muy primitivo y minimalista, con ritmos monótonos, voz torturada y mucho corpse paint. No tuvieron muy buen comienzo, de algún modo se intuía que el sonido y la presentación no le hacían del todo justicia al material sonoro, quizás era que no estaban del todo a gusto en el pequeño escenario, que el sonido no estaba bien - el caso es que el cantante intentó suplir los defectos con mucha pose y una fuerte presencia, pero no consiguió convencer del todo. Sin embargo, los temas en sí tienen encanto, contienen ese toque hipnótico y casi tribal que caracteriza al black primitivo. Me gustaría ver a esta banda en mejores circumstancias.
Frozen Dawn son una de las bandas de black que más se ha estado moviendo en los últimos años en Madrid, y han cogido fama mucho más allá de las fronteras de la ciudad y de España gracias a sus numerosas actuaciones en directo y sobre todo a su recién publicado debut "The Old Prophecy of Winterland". Acostumbrados a los escenarios madrileños de todo tipo y tamaño, se lanzaron de lleno desde el principio y dieron un concierto fenomenal, indiferentes a las circunstancias y limitaciones. Fue increíble ver como el escaso, pero variopinto público pasó de tratarles como si fuera música de fondo a quedarse mirándolos hipnotizados y finalmente aplaudirles frenéticamente. Tocaron con seguridad y profesionalidad, actuando como una unidad y aprovechando el poco espacio que tenían al máximo. Tuvieron un sonido más que aceptable para temas como "Calm Before the Storm" y "Winds from the North", ambos clásicos venerados por los fans, o "The Old Prophecy of Winterland" de su nuevo disco así como algunos temas aún inéditos totalmente nuevos como "The Triumph Of God Frost" y "Those of the cursed Light". Supieron crear un ambiente fenomenal de la nada en un espacio de lo menos sugerente sin corpse paint ni atrezzo, solo a través de su música - fascinante.
Despues de Frozen Dawn el público estaba mucho más animado, y quizás eso animó también a Ereshkigal, donde algunos miembros de Forest of Doom repetían. El caso es que el cuarteto sonó mucho mejor y supo llegar al público. Musicalmente son más elaborados que Forest of Doom, con frecuentes cambios de ritmo, cambios en las voces, y un aire un tanto rockero y macarra. Tocaron temas como "Legend", "Ereshkigal Holocausto", "Ancient Mirror" y "The Black Stars", contundentes y kañeros a la vez que originales. El cantante demostró tener una voz de lo más versátil, dominando un gran número de registros, que se adaptaban a la perfección a la música, llena de ritmos y melodías pegadizas y muy variada. Ahora la sección de ritmo también metió más kaña, añadiéndole una buena dosis de crudeza a la mezcla. Fue una actuación con mucho movimiento que rápidamente enganchó a los espectadores e hizo moverles la cabeza. La actuación se hizo un poco corta, pero la sala tenía un horario límite para las actuaciones, por supuesto, así que no se pudo alargar mucho. En cualquier caso, una gran concierto de underground black metal que mereció mucho la pena.
