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Hay una veta dentro del Black Metal que no ha sido muy
abordada en estos últimos años. Me refiero al estilo que tuvo a Dissection como
principal cultor, y que encontró en bandas como Sacramentum la continuación de
dicho estilo. Es ese Black Metal pletórico en melodías emotivas, que por
momentos colindan con lo mejor del (viejo) Melodic Death, y que eriza la piel
del oyente tanto por su energía como por lo épico de las melodías.
Lamentablemente, ese estilo no ha sido practicado por muchas bandas, teniendo
en cuenta que la mayoría de los grupos, en los últimos 15 años, se han
inclinado preferentemente hacia otras sendas dentro del Black Metal. Claro, hay
algo que es imposible negar, y es que no es un estilo fácil de hacer, pues
requiere tanto de una gran destreza en lo instrumental, como así también un
exquisito manejo de las melodías, una inteligente visión de lo que las
atmósferas deben ser (para que las canciones transmitan lo que deben
transmitir), y esa cualidad mágica para convertir lo sencillo en
grandilocuente. Frozen Dawn vienen a levantar la antorcha que dejó Jon
Nodtveidt encendida, pero que casi nadie supo sostener y mantener en estos
últimos tiempos. “Banished, the Everlasting Confinement” echa por tierra
cualquier duda que uno pueda albergar al principio, antes de enfrentar el
oscuro viaje al cual nos invitan estos españoles. Precedidos por gacetillas de
prensa que entusiasman y criticas que llenan de expectativas al futuro oyente,
uno, que lleva años en la escena, tiende a sospechar si no hay un poco de
mentira en tantos elogios. No, no hay nada de mentira y, repito, el
espectacular y emocionante track que abre la placa aniquila todo prejuicio,
toda duda. De ahí en más, y sin llegar a ser la octava maravilla (tampoco hay
que exagerar) los Frozen Dawn dejan en claro que les sobra calidad, y que la
garra no es algo que vayan a escatimar. Por esas 2 cualidades, por esas solas 2
cualidades, “Those of the Cursed Light” se erige por sobre la maraña de discos
de Black y Black/Death que se han editado con hidalguía, de manera casi
victoriosa. Y es que los tipos logran despertar esa llama que pareció
extinguirse cuando murió el legendario líder de Dissection, y que se mantuvo
flameando gracias a leyendas como Necrophobic, pero que no encontró en las
bandas más jóvenes la oportunidad de perpetuarse.
Tampoco es que Frozen Dawn sean LA BANDA destinada a alzarse
con el trono que dejó vacante Nordveidt, ni mucho menos. Pero hacen lo suyo con
tanta clase, y con tanto fervor, que lo mínimo que uno puede hacer es
aplaudirlos y apoyarlos, pues bandas como esta ilusionan e inflaman los
sentidos. Ahora, si me disculpan, necesito que la poderosa melodía de
“Banished, the Everlasting Confinement” me haga perder la noción del tiempo y
el espacio.