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Tarde desapacible y lluviosa la que tuvimos en la capital el día en que
PRIMORDIAL nos visitaba, siendo
fecha única en España, para presentarnos su fantástico
“Where Greater Men Have Fallen”
y, según rezaba la publicidad del evento, muchos más temas de su
extensa carrera puesto que iba a ser un set largo. La noche pintaba muy
bien puesto que el cartel también incluía a
FROZEN DAWN y a
FOSCOR pero, al final,
un cúmulo de circunstancias desafortunadas empañaron lo que pudo haber sido un concierto apoteósico de los irlandeses.
FROZEN DAWN
Para tratarse de un concierto de tres bandas, me pareció un poco tardío el inicio de la actuación de
FROZEN DAWN
(que empezaron sobre las 19:55 tal y como estaba programado), sobre
todo teniendo en cuenta el recinto donde se celebraba y cómo se las
gastan con los horarios. Al final,
tanto la banda principal como
el público pagamos el pato de una sala que, sinceramente y por enésima
vez diré, no debería celebrar conciertos. El problema es el de
siempre, hay mucha oferta pero pocos sitios que la acojan por lo que
supongo que al promotor no le quedó más remedio que programar allí el
concierto.
Desolador ambiente, con una sala casi vacía, el que se encontraron Grinder y sus compañeros cuando
saltaron a las tablas con “Banished, The Everlasting Confinement”, el
corte que abre su último disco, “Those Of The Cursed Light”. Les dio lo
mismo la escasa entrada a esas horas porque cuajaron una sólida
actuación que me convenció.
Lo de FROZEN DAWN es el Black Metal nórdico, onda DISSECTION
por citar un grupo que me viene a la mente, ejecutado con pulcritud ya
que, no en vano, la experiencia de sus miembros es extensa y por tanto
un grado. Así, continuaron presentando sin respiro más temas de su
último trabajo como
“Blackened March” y “Those Of The Cursed Light”, donde las melodías tan características del estilo fueron protagonistas.
Grinder habló lo justo, tampoco hacía falta más, pero animó bastante a los pocos presentes a venirse arriba.
Cantó muy bien y ejecutó sus partes solistas con solvencia, así que
nada que reprocharle al frontman del cuarteto. Sus compañeros no le
fueron a la zaga, sobre todo el bajista Antonio Mansilla (que también
ocupa ese puesto en HORDAK) que no paraba de hacer headbanging formando
junto a Arjan van der Wijst una buena base rítmica. Por su parte
Eduardo, o Lord Morgoth como prefiráis, estuvo algo más parado
concentrado en su instrumento pero el conjunto sonó compacto, que es lo
importante.
El sonido les acompañó relativamente, no fue una pasada pero tampoco horrible,
no enturbiando en demasía un concierto donde su primer trabajo se
repartió al cincuenta por ciento el protagonismo del repertorio. El
primer corte antiguo que sonó fue “Black Spells”, y gozó de la buena
respuesta de los (pocos) que estaban en la sala que les conocían
(todavía menos), seguida de otro tema “reciente” como “Circles Of
Frostbitten Ice”.
Encararon sin más dilación la recta final con
“The Triumph Of God Frost”
mientras que la despedida, tras tres cuartos de hora, corrió a cargo de
otro par de canciones de “The Old Prophecy Of Winterland”. “Cold
Souls”, de las que más me gustaron esa noche, y “Through The Gates Of
Hate”
dejando un buen sabor de boca.
Hacía algún tiempo que no veía a los madrileños y, pese a que las
melodías de guitarra podían haber sonado mejor, creo que dieron un
concierto más que correcto dejando el escenario calentito para recibir a
los catalanes FOSCOR minutos después.
Buen arranque para la velada a cargo de los madrileños cuya mejora desde que les vi, hace bastantes años, es evidente.
FOSCOR
Parece evidente que
FOSCOR marcó un punto de inflexión en su carrera con la edición en 2014 de “Those Horrors Wither”,
el disco con el que han dado carpetazo a la música que hacían en sus
inicios para profundizar en las líneas que ya parecían vislumbrarse, en
cierto modo, en “Groans To The Guilty”. Yo, aun apreciando lo que hacen
actualmente, soy más partidario de lo que hacían antes y espero que su
evolución les lleve a buen puerto porque, como comentó Fiar en una de
sus intervenciones, no todo han sido opiniones positivas y algunos
viejos seguidores les han debido dar la espalda con el cambio
estilístico.
Hace poco más de un año les vi abriendo para VALLENFYRE y, en aquella
ocasión, dieron algo de cancha al material editado con anterioridad a
“Those Horrors Wither”. No fue el caso que nos ocupa puesto que esta
noche
interpretaron de principio a fin, y en orden, el citado
disco para suerte de los que lo aprecian y desesperación de los que
esperaban algún vestigio del pasado. Fue una apuesta
arriesgada, pero así es la música, y debo alabarles el hecho de apostar
por el material en el que creen, pese a quien pese.
En penumbra y con luces azules tiñendo el escenario comenzaron a sonar los primeros y melancólicos acordes de
“Whirl Of Dead”,
mientras el público permanecía expectante a los que los barceloneses
nos iban a ofrecer durante los 45 minutos que también estuvieron sobre
las tablas.
El sonido, sin ser malo del todo, no dejó apreciar todos los matices que su propuesta atesora y deslució algo su descarga.
Además, no sé por qué pero no me terminó de convencer Fiar en el
registro “limpio” (no así en los guturales) y, en las partes en las que
tenía que subir el tono, me dio la impresión que se le iba un poco el
mismo. Tal vez fuera cosa mía.
“Addiction”, con predominancia de las voces limpias y los cambios de
ritmo, fue la siguiente en caer antes de que “Senescència” hiciera tomar
el micrófono a Fiar para saludarnos, agradecer nuestra presencia esa
noche y
anunciar que interpretarían integro, “por si alguien no se había dado cuenta” como dijo, “Those Horrors Wither”.
La sala, aunque había ganado en “color”, todavía presentaba un aspecto bastante “triste” y
la música de FOSCOR no es que hiciera moverse demasiado a los presentes,
la verdad. Ni siquiera las partes más rápidas donde los guturales les
ganan la partida a las voces limpias gozaron de una gran respuesta por
parte del público. Parecía que el grueso de la escasa audiencia estaba
más bien escuchando al cuarteto y pensando por dónde cogerlo, porque
movimiento que hubo fue más bien poco.
“L.amor.T”, con esas partes relajadas tan evocadoras mezcladas con
los guturales de Fiar y los riffs de Falke, fue mi favorita del
concierto seguramente, mientras que, tras ella, y el tema que da título
al disco, Fiar volvió a dirigirse a nosotros para presentar
“Grateful Pandora”,
el primer single que sacaron de él y que mostró al mundo sus nuevas
inquietudes artísticas hace algo más de un año. Según comentó el propio
bajista, la canción con la que abrieron su caja de Pandora particular.
“Grateful Pandora” es otra de las grandes bazas de
“Those Horrors Wither”, aunque para mí no sea el mejor corte del disco
que estaba llegando a su fin y, con él, el concierto de FOSCOR. Tan sólo
les quedaba por tocar “To Strangle A Ghost”, puesto que “Shysteroos” es
el bonus track que viene en la edición en digipack y no fue
interpretada, y con él se marcharon del escenario agradeciendo los
aplausos recibidos.
“Those Horrors Wither” es un buen disco y la evolución de la banda recuerda horrores la de ENSLAVED,
aunque aquí estemos ya hablando de palabras mayores pero podría ser un
buen ejemplo para entendernos. Veremos qué tal es su continuación para
juzgar con algo más de perspectiva esta evolución. Yo mismo, mientras
realizaba esta crónica, revisitaba el disco y no es para nada malo,
aunque cueste oírles en este nuevo estilo y hayan perdido algo de
inmediatez al tocar tantos “palos”, requiriendo más escuchas para
apreciar su calidad. Yo les voy a dar una oportunidad.
PRIMORDIAL
Al fin le llegaba el turno a la banda de Dublín pero su salida, prevista para las diez de la noche, se demoró quince minutos,
imagino que por algún problema de sonido. Esto, en otras
circunstancias, no habría supuesto mayor problema pero claro, a esas
horas y en una sala que tiene hora de apertura como discoteca supuso
que, finalmente, cortaran el sonido al grupo impidiendo que tocaran un
reclamado bis. Para colmo, y pese a ser el grupo principal,
tuvo de largo el peor sonido de la noche (el resto no lo tuvo brillante pero algo mejor si me pareció) por lo que
lo que se antojaba como una gran oportunidad de ver un repertorio largo de PRIMORDIAL por fin, se fue al traste ligeramente.
No se quedó en set “festivalero”, porque llegaron a 90 minutos, pero
tampoco lo que han ofrecido en algunos sitios y, por qué no, lo que
podía haber sido en Madrid.
Ni con fecha única en España un sábado logró PRIMORDIAL una entrada decente en la capital.
Cierto es que el precio no era excesivamente barato pero me parece
increíble que un grupo como este, cuyos discos no bajan del notable
alto, ninguno de ellos, reúna a tan poca gente. Luego nos quejaremos de
que giras de semejante “pelaje” pasen de largo de nuestro país pero si
cuando alguien “arriesga” un poco (si es que traer a un grupo puntero de
un estilo con más de veinte años de carrera es arriesgar, claro) esto
es lo que pasa, normal que a la gente que se juega su dinero se le
quiten las ganas de repetir.
Éramos pocos pero bien avenidos, que se suele decir, porque
la respuesta nada más salir los miembros del grupo fue muy entusiasta y
la gente estuvo volcada con la banda desde el inicio, que corrió a cargo con el tema que da título a su última obra,
“Where Greater Men Have Fallen”,
un disco que me ha sorprendido muy positivamente porque lo han vuelto a
hacer, sacar otro trabajo brillante, y ya van ocho de ocho para mi
gusto.
Mal sonido desde el inicio, como comentaba, que continuó por desgracia durante esa maravilla que es
“Gods To The Godless”, de su obra maestra “Spirit The Earth Aflame”.
Un bajo saturadísimo tapada las guitarras si estabas en la parte delantera casi completamente
y, con el transcurso de los temas, aunque mejoró un poco la situación,
nunca brillaron esas melodías tan características del combo irlandés con
unas guitarras opacas y algo “desdibujadas”. Además, no es que los
miembros del grupo se caractericen por su movilidad escénica,
exceptuando a
Nemtheanga. Aun así, la sensación con la que salí no fue de “decepción”. ¿Por qué? Precisamente porque
PRIMORDIAL,
además de elegir un repertorio “ganador”, cuenta con uno de los mejores
frontman que he visto en mi vida, estilos aparte.
Efectivamente,
daba igual que el bajista Pól MacAmlaigh o los guitarristas Ciáran MacUiliam y Micheál O´Floinn estuvieran clavados en el suelo durante los noventa minutos (aunque instrumentalmente nada se les puede reprochar), ya
tienen
un vocalista que se echa el grupo y el concierto a sus espaldas y
levantó lo que, seguramente, otro frontman no hubiera podido.
Ataviado con sus habituales ropajes y pinturas de guerra,
se movió por el escenario sin parar, interactuó con la gente
activamente, vivió cada tema como si le fuera la vida en ello y todo
esto cantando de una manera descomunal ante una sala mucho más
despoblada de lo que debería y merecen. Siempre me pareció un gran
vocalista y frontman pero esa noche fue el “héroe”, sin duda, de la
descarga.
El repertorio escogido me pareció muy acertado. Los irlandeses
tocaron algunos de los mejores temas de dos tercios de su discografía (y
tal vez este porcentaje habría sido mayor de no haber salido tarde
puesto que
quitaron tres temas del setlist y de “Storm
Before Calm” nada sonó finalmente) haciendo especial hincapié en el
disco que, teóricamente, presentaban y en otro de los mejores como es
“To The Nameless Dead”, del que hasta cuatro canciones nos brindaron esa noche.
Así, además de
“Spirit The Earth Aflame”, “Redemption At The
Puritan´s Hands”, “A Journey´s End” y “The Gathering Wilderness”
tuvieron representación con “No Grave Deep Enough”, la sensacional
“Autumn´s Ablaze” y la larga y evocadora “The Coffins Ships”,
respectivamente, celebradas todas ellas con fervor por una sala que se
iba contagiando cada vez más de la energía y el buen hacer de Nemtheanga
según pasaban los minutos.
La presentación de “Where Greater Men Have Fallen” se completó con
“Babel´s Tower” y “The Alchemist´s Head”,
otros dos temas que no desentonaron para nada con el resto de canciones
ni bajaron la intensidad de la descarga, hecho que demuestra el gran
nivel que tiene vistas las joyas que estaban cayendo.
La cañera
“Traitor´s Gate” y “As Rome Burns”, ambas en la parte central del show, junto a
“Heathen Tribes” y la monumental
“Empire Falls”,
que cerraron la descarga, fueron las representantes de “To The Nameless
Dead”. En especial la última fue coreada a rabiar por una audiencia
entregada mientras
el vocalista nos ponía el micrófono durante el estribillo y miraba complacido la respuesta obtenida. Con ella se marcharon aunque poco tardamos en pedir con insistencia la vuelta de la banda a escena.
Lástima porque,
aunque Nemtheanga salió del backstage con la
intención de tocar alguna de las canciones que habían quitado del
repertorio, los gestos del técnico de la sala le confirmaron que no
había tiempo para más y se volvió a meter dejándonos con la sensación de “coitus interruptus”. De este
modo nos quedamos sin “Sons Of The Morrigan”, “Bloodied Yet Unbowed” y “Wield Lighting To Split The Sun”, que aparecían tachadas en el setlist, y que presumiblemente alguna de ellas hubieran tocado como bis.
Aún con todo lo dicho no fue un mal concierto, ni mucho menos, pero
el mal sonido (sobre todo) empañó lo que hubiera sido una descarga
todavía más épica de lo que lo fue. Además, dos cosas se confirmaron,
que
PRIMORDIAL tiene un frontman estratosférico y que la sala
Penélope debería exclusivamente ser lo que es, una discoteca, y no
programar un sólo concierto más porque PRIMORDIAL fue otro bolo que sumar a la larga lista de despropósitos que allí he vivido.
Crónica y fotos: David Ortego